- El breve espacio
Se fue a trabajar al Norte y nunca volvió

Ficción
Luis Enrique Ortiz
Mi hermano la libró de la migra y su esposa de ser violada en El Sásabe, hace 30 años.
Superó la deportación y entró de nuevo por La Rumorosa, el infierno helado. Salió por el casino Golden Nuts y de ahí morado de frío llegó a Alpine.
Con dos hijos nacidos allá, fue detenido años después durante tres meses junto con catrachos, haitianos, venezolanos y africanos.
La libró porque pidió asilo y demostró que un narcopolicía quiso matarlo en la Colonia México de Ciudad Obregón.
Tenía un año arreglado papeles y hasta dejó de pistear, ya casi no hablaba por teléfono.
Pero al inicio de la pandemia se quedó sin trabajo, llamó y dijo extrañar a los viejos.
Ayer fue enterrado en una fosa común de Nueva York junto con catrachos, haitianos, venezolanos y africanos. Nunca regresará a Puebla, Culiacán o Chiapas.
Lo mataron el Covid y la economía de mercado.